Altea posee una rica historia que se remonta a tiempos antiguos. Se han encontrado restos arqueológicos que indican asentamientos íberos en la zona. Durante la época romana, Altea se convirtió en un importante puerto comercial. Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad fue ocupada por visigodos y luego por musulmanes en el siglo VIII. La Reconquista en el siglo XIII, liderada por Jaime I de Aragón, trajo Altea bajo el control cristiano, integrándola en el Reino de Valencia. A lo largo de los siglos, Altea ha mantenido su carácter pintoresco y su herencia cultural, convirtiéndose en un refugio para artistas y escritores desde el siglo XX. 

La gastronomía de Altea refleja su entorno mediterráneo y tradición pesquera, con platos emblemáticos como la paella, el arroz a banda y el arroz del senyoret, preparados con mariscos frescos. El cruet de peix es un guiso de pescado típico. Las tapas populares incluyen calamares a la romana y gambas al ajillo, mientras que la repostería local ofrece pasteles de boniato y rollos de anís. Los vinos blancos de la región complementan estos platos. Altea celebra fiestas como las de San Juan en junio, las Fiestas Patronales en septiembre y las Fiestas de Moros y Cristianos. Lugares de interés incluyen el casco antiguo, la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, el paseo marítimo, la Sierra de Bernia, y sus playas y calas. Altea destaca también por su escena artística y el Palau Altea, un centro cultural y de artes escénicas.

El puerto de Altea es el punto de partida de nuestras excursiones en Barco con dirección a los acantilados de Mascarat, navegar por el parque natural de Sierra Gelada o nuestra excursión con Yoga y baño.