Fue una capilla dedicada a la santa bajo cuya protección estaba la Puerta de la Alhama, que fue el acceso fortificado desde la ciudad a la zona del Castillo. Más tarde se ordenó la construcción de la actual ermita. Es un edificio de planta de cruz latina y posee un magnífico pórtico sustentado por columnas romanas y visigodas: Tiene una puerta gótica tapiada a través de la cual, según la tradición, hizo su entrada a la ciudad Jaume I.